viernes, junio 09, 2006

Tarará (el punk corre por mis venas)

Sin duda esta ha sido la experiencia más extrema que me ha tocado vivir. Esta vez mis acompañantes fueron huicho y chio alias , la familia increíble. (no se pregunten por qué).

El día pintaba chido y no, bueno no sé, me sentía extraña, de hecho desde las seis de la tarde me atacó la sensación de las mariposas en el estómago, pero no esa de cuando algo inesperado viene, algo inesperado a secas, o de la expectativa por el anhelo de ver a un grupo que te encanta, estas eran unas mariposas de puro malviaje.

Radio obrera le abriría a Dos minutos en el Salón Tarará. Eso significaba que después de un mes exacto volvería a tener frente a mí al vocalista de aquella banda: el dueño del gato.

El malviaje no tiene nada que ver con él, aunque todavía no sé cómo interpretar ese encuentro y el par de palabras que cruzamos, pero tampoco quiero pensar más en ello. El malviaje tampoco tiene que ver con Dos minutos, su música, sus himnos están en muy alta estima para mí (Cerveza yo te quiero! jajajaja) escucharlos en vivo es genial y ver a estos especimenes, porque no son otra cosa, es también una experiencia sui-generis. Disfrute muchísimo el desmadre, el absoluto desmadre que se arma ahí. La gente con sus manos levantadas, cantando como si fueran uno...

El malviaje tiene que ver con una nena puma sola entre pura pinche gallina. Lo leen bien señores fueron puras gallinas. Desde antes que subiera Dos minutos empezaron con sus pinches cacaraqueos. Hasta le mentaron su madre a los del orgullo, pues como no si desde un balconcito, el dueño del gato ondeaba su playera aquella que dice hooligans y abajo tiene el pumita, jajaja, pero de ahí no se bajó. Al ras del escenario la cosa no era bonita, eran demasiados lo cual significa que estaba rodeada, y no era agradable, creo que al Benito Bodoque de mi playera hasta se le borro la sonrisita. Ya saben cómo se las gastan los señores riculeros, perdón ritualeros. La mona no faltaba. Lo malo es que no la pasaban para estar iguales. Al principio me contenté con pintar dedito con ambas manos y brincar como desenfrenada, estaba hasta adelante cara a cara con los de seguridad, pero luego de que se dieron tinta las gallinitas me empezaron a restregar su banderita en la cara. Dos minutos tocaba la quinta o sexta rola...

Como no queriendo ponerme mal simplemente apoye una pierna en el escenario y empujé hacia atrás, la onda se calmó y transcurrieron unas rolas más, no se hizo esperar que algún güey me preguntara que rola quería escuchar y le dije que Amor Suicida y Canción de Amor, que romántica, me dijo, de seguro estás bien enamorada (¿¿??) pues ya ves, uno se enamora pero los pinches hombres pagan mal, jajaja... Luego los clásicos tarados que se avientan sobre la gente empezaron su show y ya no lo vi más... no queriendo verme hostil si un guey me empujaba o me codeaba le quitaba su manita sin violencia, cachetada con guanta blanco.

Pero regresaron con sus banderitas, las alzaban, las aventaban al escenario, y por supuesto volvieron a ponerla sobre los que estaban hasta adelante, otro güey les bajo su pinche trapo porque no dejaban ver a nadie y entonces aproveche para tratar de arrebatárselas. No sé de dónde saqué tanta fuerza (obviamente mi mente estaba por completo obnubilada, no veía el peligro, sólo la forma de quitarme la puta bandera de encima) en medio del forcejeo yo tiraba hacia abajo y entre tres o cuatro la jalaban hacia ellos, en medio había otros cuatro o cinco güeyes más, hasta ese momento no veían quien tiraba de la bandera, me tiraban golpes a la mano e intentaban abrir mis dedos, y lo único que yo hacía era soltarla con una mano y tomarla con la otra, el forcejeo duro de uno a dos minutos, eternos para mí, cómo no tenía un encendedor o unas garritas como las de Wolverine para hacerles cachitos su pinche trapo... luego la jalé lo suficiente y la soltaron de un lado, cuando ya estaba feliz pensando en lo linda que se vería como trapeador en mi casa, un tipo sin más ni más me lanzo un manotazo a la cara como queriendo sacarme los ojos. Me hice hacia atrás por inercia y tuve que soltarla, aunque no me hizo más que un rasguño ya estaba muy encabronada así que lo encaré y entonces llegó mi Ángel de la Guarda.

Bueno en realidad nunca supe su apellido sólo que se llamaba Ángel, era un morrito como de 20 años que me levantó tomándome por la cintura y me quitó de ahí. No te metas con esos pendejos, mejor cálmate, nos están jorobando a todos pero ya les tocará... Qué aguante tienes, me dijo otro...

El resto de la tocada fue estar esquivando a los pinches pollos que querían volar, Ángel se quedó cuidándome un buen rato, hasta que le dije que ya me iba a salir, claro necesitaba ir al baño y luego encontré otra vez a Huicho quien se había salido también porque Chío se había sentido mal. Para Otra mujer ya estabamos nuevamente hasta adelante, bañados en sudor de pies a cabeza y por supuesto no me cansé de corear las rolas que más quería escuchar: Canción de Amor y Amor suicida y la neta ya ni me acuerdo con cual cerraron.

El desmadre era tal que ninguna foto salió bien. Así que ni modo. No hay fotos, están todas desenfocadas o con cosas extrañas que se anteponen.

Al salir no quise saber nada, me fui tranquila directo a mi casa.
Hoy ya puedo ver algunos estragos, dolor y moretones en los brazos, un arañazo en la nariz y una leve contusión en la cabeza. No cabe duda que estoy muy loca o soy muy ruda. Jajajajaja....

4 ecos:

ÐÆxter dijo...

Así es el Rock&Roll...

lagartija dijo...

hasta miedo me dio... uta a mí me hubiera ido como en feria... pero no me importa ¡vivan las chivas!

Cazador de Tatuajes dijo...

Esa es mi Lilith,

¡¡LAS RUDAS LAS RUDAS LAS RUUUUUUUUUUDAS!

Lu García dijo...

Si, aja, la ruda super madreada, jajaja soy una pinche salvaje... no cabe duda que el punk corre por mis venas jajajaja....