fue difícil también para mí, escribir sobre ese recuerdo, porque vinieron muchos más, fue difícil porque también estaba llorando, aquí sentada en este cubo impersonal con sus paredes a medias que dejan que todo el mundo vea que lloro. pensé que era la única que seguía con esa tontera de llorar cuando ahora estás tan bien y ya no te duele ninguna parte de tu cuerpo.
ayer te llevamos flores y también te llevamos a presentar a tus bisnietos Emily y Habichuela. bueno a los dos, el destino quizo que te quedaras en la tumba con el abuelo de Habichuela, tu yerno, para que te siguiera desamarrando las cintas del delantal. pero te enterramos sin delantal. no importa, porque ya encontrará mi padrino cómo hacerte travesuras.
pensé que era la única que seguía con las tonteras. volteé a ver a Alex y él también. entonces me acordé cuando el día que te íbamos a enterrar, él, que odia los velorios tanto como yo, y odia llorar en vano tanto como yo, se puso tan mal. tratando de contener el dolor y el llanto empezo a convulsionarse. el embotamiento.
entonces volteé a ver a Jesús y él también y Vicky y mi mamá y mi tía.
estos dos años se pasaron muy rápido. dos tuyos y seis del abuelo. cuatro de don flor, seis de doña liber y creo que quince de mi padrino. números. otra vez los números.
tres. veces que me pico la pinche y reputa hormiga que me lleve de polizonte hasta la casa. dos horas de risas de esos cabrones (mis carnales) que se reían más de cómo maldecía a la hormiga, que de mí por tener la pierna entumecida y no poder caminar. es bueno volvernos a reír todos juntos estando en tu casa. tu casa que sigue siendo tuya hasta que dentro de cinco años mi tía pueda reclamarla. de todas formas seguirá siendo tuya. están tus fotos y tus santos y tus cosas y tu cocina y tus plantas. y muy en el fondo yo sé que también estas tú, sentada en la cama, como siempre, rezando a las seis en punto tu rosario.
será cierto eso que me contaste de que las lágrimas que les lloramos a los muertos mojan sus vestidos y no los dejan caminar? creo que en ese caso tengo que dejar de llorar.
ayer te llevamos flores y también te llevamos a presentar a tus bisnietos Emily y Habichuela. bueno a los dos, el destino quizo que te quedaras en la tumba con el abuelo de Habichuela, tu yerno, para que te siguiera desamarrando las cintas del delantal. pero te enterramos sin delantal. no importa, porque ya encontrará mi padrino cómo hacerte travesuras.
pensé que era la única que seguía con las tonteras. volteé a ver a Alex y él también. entonces me acordé cuando el día que te íbamos a enterrar, él, que odia los velorios tanto como yo, y odia llorar en vano tanto como yo, se puso tan mal. tratando de contener el dolor y el llanto empezo a convulsionarse. el embotamiento.
entonces volteé a ver a Jesús y él también y Vicky y mi mamá y mi tía.
estos dos años se pasaron muy rápido. dos tuyos y seis del abuelo. cuatro de don flor, seis de doña liber y creo que quince de mi padrino. números. otra vez los números.
tres. veces que me pico la pinche y reputa hormiga que me lleve de polizonte hasta la casa. dos horas de risas de esos cabrones (mis carnales) que se reían más de cómo maldecía a la hormiga, que de mí por tener la pierna entumecida y no poder caminar. es bueno volvernos a reír todos juntos estando en tu casa. tu casa que sigue siendo tuya hasta que dentro de cinco años mi tía pueda reclamarla. de todas formas seguirá siendo tuya. están tus fotos y tus santos y tus cosas y tu cocina y tus plantas. y muy en el fondo yo sé que también estas tú, sentada en la cama, como siempre, rezando a las seis en punto tu rosario.
será cierto eso que me contaste de que las lágrimas que les lloramos a los muertos mojan sus vestidos y no los dejan caminar? creo que en ese caso tengo que dejar de llorar.
3 ecos:
Siempre he pensado que tratar de decir algo para confortar sobre la muerte es estupido y redundante, peor aun es escribirlo.
Mejor cuando te vea te doy un gran abrazo y lo interpretas como quieras
gracias chamaco, ojalá nos veamos pronto...
No importa cuánto tiempo pase, perder a un ser querido siempre va a ser doloroso.
Y más cuando todavía esperas a que entre a la habitación.
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