... De París a Guanajuato.
Verán, el que yo haya elegido en post anteriores "Caminos de Guanajuato" no es de a gratis. Mi papá es de allá; cada vez que volvemos con los abuelos, y avistamos en carretera el Cristo Rey, iniciamos un ritual: escuchar una y otra vez el "No vale nada la vida...." etc. Este ritual inició desde la primera vez que viajamos en el hoy extinto "Duvalín". Y bueno, esta situación del choque ya me tiene en shock. Presiento y no sé por qué, que nunca en la vida volveré a vivir situaciones como éstas...
Las señales y cosas curiosas son típicas de los cronopios, cada vez que algo así sucede la palabra en la boca es: Cortázar.
Pero esto ya fue más allá.
Hoy muy temprano y con engaños llevamos a mi papá al médico. Resultó que efectivamente tenía fracturada la nariz, y él como si nada (rompió con ella el volante).
Y entre rayos x y el especialista, nos llevamos un buen rato. El caso es que ya como a medio día mi apá ya se estaba rajando, pues pensábamos que la onda ameritaba cirugía. Esperabamos afuera del consultorio de la Otorrinolaringóloga mientras un niño insufrible berreaba en el interior. Por fin, salieron y en el momento en que mi papá y yo entrábamos al consultorio, adivinen que rola empezó a sonar en la laptop de la doctora...
Adivinen!!!
Inmediatamente le marqué a Prometeo, porque sabía que nadie me lo iba a creer. Es más ya ni yo me lo creo.
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