sábado, diciembre 03, 2005

fases

La luna parece una uñita, eso me hace sentir por un lado, profundamente conmovida, pues el espectáculo es hermoso, ella chiquitita y blanca y dulce y brillando, con su estrellita al lado, en el fondo negro, negrísimo de la noche.
Suspiro y no sé por qué suspiro.
Aunque sí sé por quién.

Pero por el otro lado me siento vulnerable, indefensa, es como si mi poder dependiera de la luz de la luna, aunque a decir verdad no sé de qué clase de poder estamos hablando.

P.D.: A todo aquel que piensa que me convierto en mujerloba, le aclaro:
1. No tengo suficiente testosterona para eso, y

2. Ya soy un gato dentro de una mujer. Eso es suficiente, creo.